La sequía en invierno es muy grave.
En invierno, el clima es frío, el vapor de agua se condensa y la piel se reseca fácilmente. Nuestra piel tiende a resecarse y descamarse, y la ropa genera electricidad estática con facilidad. Si el ambiente externo es seco, el ambiente interno de nuestro cuerpo también se ve afectado, provocando deshidratación y falta de hidratación. Por ejemplo, algunas personas mayores sufren de estreñimiento, mientras que otras padecen tos seca debido a una deficiencia de yin pulmonar.
En un ambiente tan seco, es fácil que los agentes patógenos externos penetren. Por ejemplo, al despertarme, me duele la garganta y empiezo a resfriarme. En invierno, muchas personas contraen enfermedades causadas por factores externos debido a la sequedad.
En primer lugar, podemos usar un humidificador en interiores para cultivar más plantas.
Se recomienda usar mascarilla al salir para evitar que el aire contaminado y frío entre directamente por la nariz y la boca.
En la dieta, se deben consumir alimentos nutritivos como jugo de pera, tremella, sopa de ébano y sopa de azúcar blanca. Las personas mayores pueden tomar leche de almendras y comer frutos secos ricos en aceite.