Para facilitar el autocontrol de la glucosa en sangre, muchos pacientes diabéticos han adquirido glucómetros de acción rápida. La correcta realización del procedimiento influye directamente en la precisión de los resultados. Por ejemplo, la extracción de sangre: un método o un momento incorrectos afectarán a los resultados de la medición.
Actualmente existen muchos tipos de glucómetros. Los glucómetros de diferentes fabricantes tienen distintos requisitos para la toma de muestra de sangre. Algunos requieren insertar primero la tira reactiva y luego la sangre. Otros requieren verter la sangre primero y luego insertar la tira reactiva. Algunos requieren una mayor cantidad de sangre. Otros requieren menos. Se coloca la gota de sangre en la tira reactiva, se inserta el glucómetro y se espera de 10 a 30 segundos para obtener el resultado. Es importante que los pacientes sepan manejar correctamente un glucómetro.
Algunos glucómetros se miden después de que la muestra de sangre se haya introducido en el medidor. Si se tarda demasiado en introducir la tira reactiva tras la toma de la muestra, el aparato mostrará un mensaje de error y algunos incluso se apagarán automáticamente. Si la cantidad de sangre extraída durante la prueba es insuficiente, especialmente en personas mayores y niños, a menudo resulta difícil obtener suficiente sangre de sus dedos, lo que puede provocar un fallo en la prueba o resultados bajos. En este caso, es necesario reemplazar la tira reactiva y repetir la prueba, o bien elegir un modelo que requiera un menor volumen de sangre para medir la glucemia.
