De hecho, para ciertas categorías de pacientes diabéticos, medir la glucemia en ayunas en el hospital podría no ser el método más adecuado, especialmente si se tiene en cuenta el momento de la administración de sus dosis de insulina y el impacto potencial en sus niveles de glucosa en sangre.
Primera categoría: Pacientes que utilizan insulina premezclada Los pacientes que siguen un régimen de inyecciones de insulina premezclada, cuya combinación incluye componentes de acción rápida e intermedia, suelen administrárselas antes de las comidas para lograr un control glucémico tanto inmediato como a largo plazo. Si el efecto de la última dosis nocturna desaparece alrededor de las 6 o 7 de la mañana y llegan al hospital más tarde para una glucemia en ayunas, podrían experimentar un ayuno prolongado con la consiguiente hipoglucemia. Esto no reflejaría con precisión sus niveles habituales de glucosa en sangre en ayunas.
Segunda categoría: Pacientes con baja secreción endógena de insulina e hiperglucemia matutina En pacientes con producción reducida de insulina natural y tendencia a la hiperglucemia matutina (fenómeno del alba), retrasar el desayuno y la administración de insulina debido a una visita al hospital puede alterar su rutina diaria y provocar lecturas anormales de glucosa en sangre. Medir la glucemia en ayunas en estas circunstancias podría no reflejar con precisión su control glucémico preprandial habitual.
Como solución, se aconseja a estos pacientes que:
- Medir la glucosa en sangre en ayunas en casa siguiendo su rutina habitual.
- Al visitar el hospital, opte por una prueba de glucosa en sangre posprandial dos horas después de comer. De esta manera, los resultados de la prueba reflejarán mejor la respuesta del organismo a la ingesta de alimentos y a la dosis actual de medicamentos.
Al seguir su rutina habitual antes de ir al hospital y realizarse la prueba de glucosa posprandial, estos pacientes pueden obtener una evaluación más precisa de su control glucémico, sin la interferencia de alteraciones en los hábitos alimenticios o retrasos en la administración de insulina debido a procedimientos clínicos. Esta información permite a los profesionales sanitarios ajustar sus planes de tratamiento según sea necesario.