Yao Wei, nacido en 1986, es un chico grande, pero aparenta menos edad. Esto puede deberse a su sonrisa infantil constante, o quizás a que los deportes de combate le dan una sensación de fuerza y poder. Además, tiene una buena actitud mental.
Yao Wei es hijo único. A su padre le diagnosticaron diabetes tipo 1 a los veintitantos años. El abuelo de Yao Wei es un apasionado de las artes marciales tradicionales y las ha practicado desde niño. Además, de pequeño le gustan los deportes. Yao Wei comenzó su carrera en las artes marciales a los cinco años y lleva veinte años entrenando. Las artes marciales tradicionales, el Sanda y las competiciones son una mezcla de alegría y tristeza. Es difícil describir la dualidad en una sola palabra. En palabras de Yao Wei, hay momentos en que vences a tu oponente y otros en que te noquea sin piedad.
Como en la vida misma, hace poco te sonreía, pero al instante siguiente mostró una mirada feroz. ¿Qué puedes hacer? Solo cuando golpeas con fuerza a tu oponente y lo derribas puedes mantenerte en pie con orgullo.
El médico dijo: “Hay que dejar de hacer ejercicio intenso”.
Yao Wei no recuerda con exactitud cuándo le diagnosticaron diabetes tipo 1 hace seis años. Solo recuerda que, durante ese período, perdió peso repentinamente: treinta kilos en cuatro meses. Al principio, estaba muy contento, algo que jamás había imaginado. Pero pronto empezó a sentir que algo no iba bien: náuseas, palpitaciones, hambre, fatiga y sudoración constante. Cuando fue al hospital para hacerse un chequeo, su nivel de azúcar en sangre era de 29,2 mmol/L.
Tras recibir el alta hospitalaria, aunque el médico le advirtió: «En adelante, debe evitar el ejercicio intenso», Yao Wei no le hizo caso. Su afición a las artes marciales, a la que había dedicado veinte años, se había convertido en una parte fundamental de su vida. ¿Cómo iba a abandonarla tan fácilmente? Pero al llegar a casa y ver que su familia había recogido su ropa de entrenamiento, que habían regalado sus guantes de boxeo y que el saco de arena que lo había acompañado durante años estaba hecho pedazos, rompió a llorar.
«No hay nada más. Puedo inyectarme insulina, controlar mi dieta y hacer ejercicio, pero ¿cómo puedo renunciar a la afición que me gusta y a la que le he dedicado veinte años?». Este pensamiento atormentaba a Yao Wei. Durante ese tiempo, se sentía deprimido, ansioso y perdido.
Empezó a quedarse en casa, a jugar con el móvil y a diversos videojuegos. Gastaba todo el dinero que ganaba en comprar aparatos electrónicos y productos digitales, intentando encontrar felicidad y consuelo espiritual en el mundo virtual.
Al ver el estado depresivo de Yao Wei, sus familiares se preocuparon, pero no sabían qué hacer. Ese año, Yao Wei tenía 25 años, era joven y estaba en la flor de la vida, pero la enfermedad llegó.
"¿Qué podemos hacer ante las dificultades si no las afrontamos?"
Hasta que un día Yao Wei presenció la legendaria experiencia de un paciente con diabetes tipo 1 en el extranjero y quedó completamente impactado. Jay Maryniak comenzó a beber alcohol a los 11 años y a consumir drogas a los 12. Ocho años después, en su vigésimo cumpleaños, Jay Maryniak despertó en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos) y comprendió de repente que necesitaba cambiar. Su espíritu se transformó, y el chico que caminaba con dificultad desapareció por completo. Tras un duro entrenamiento, aquel chico débil se convirtió en una figura destacada del mundo del fitness, y cada uno de sus movimientos se convirtió en un referente de la buena forma física.
Si no eres exigente contigo mismo, nunca sabrás lo increíble que eres. El poder de los modelos a seguir es infinito. Yao Wei comprendió de repente que un corazón fuerte puede superar los momentos difíciles de la vida. Ante la diabetes, solo el coraje puede vencerla.
"Las personas que practican la lucha tienen un fuerte deseo de ganar.No se ve a simple vista, pero el espíritu de lucha y la voluntad están profundamente arraigados. Pensé entonces: «¿Qué puedo hacer si no lucho contra las dificultades?». Yao Wei, recordando su resistencia, dijo esto en Tangxin Road. Dejó de lado los videojuegos a los que antes era adicto y empezó a aprender a través de diversos medios. Al cabo de un tiempo, comprendió mejor la diabetes.
En palabras del propio Yao Wei, es un apasionado de la gastronomía y le encanta estudiar recetas. Tras enfermar, empezó a aprender a cocinar platos sin azúcar, como filete de pollo agridulce, berenjena con sabor a pescado y pollo kung pao. Cuando necesitaba azúcar, utilizaba edulcorantes artificiales. Los platos que preparaba estaban llenos de sabor y su familia no paraba de elogiarlos.
Yao Wei adora jugar y reír, y transmite mucha alegría. Durante la entrevista, el reportero pudo percibir en todo momento su buen ánimo. "La diabetes no es una enfermedad terminal, pero puede motivarte a cuidar tu salud, comer bien, hacer ejercicio regularmente y de forma saludable. Creo que si perseveras así durante mucho tiempo, tu cuerpo estará más sano. La diabetes tipo 1 no es fácil de contraer, jaja... Afrontar la enfermedad cada día es un reto, y siento que la vida es muy plena".
"No puedes perder contra ti mismo"
Yao Wei, practicante de artes marciales desde la infancia, ha participado en numerosas competiciones y obtenido importantes reconocimientos, como el de Campeón de Sanda de la Liga Nacional de Wushu en 2010 y el de Campeón de la Liga de Muay Thai en 2011. Tras ser diagnosticado con diabetes, continuó entrenando y mejorando su control glucémico. Incluso abrió un gimnasio de boxeo entre competiciones. A diferencia de otros gimnasios, este cuenta con varios niños con diabetes tipo 1, como él, además de otros miembros del equipo. Algunos tienen cuatro o cinco años, y otros son adolescentes. Esto se debe a que Yao Wei suele comunicarse con pacientes en diversos foros. Su experiencia, alegría y disposición para ayudar lo han convertido rápidamente en una figura reconocida en la comunidad de la diabetes de Shijiazhuang. Él mismo es un ejemplo de control glucémico exitoso. Los padres de niños con diabetes tipo 1 se sienten tranquilos al dejar a sus hijos a su cuidado, entrenando con él y aprendiendo juntos a controlar su diabetes. A petición suya, incluso niños de 4 años tenían que participar en la limpieza, el fregado y el lavado después del entrenamiento... Algunos padres sentían lástima por sus hijos y no entendían sus acciones, por lo que no cedió.
Muchos padres sienten que sus hijos están enfermos y deberían cuidarlos más. Algunos incluso los sobreprotegen. En mi opinión, los bebés con diabetes tipo 1 necesitan ser más fuertes y valientes. Los niños siempre tienen que crecer y deben comprender desde pequeños que ellos y su salud son como cualquier otra persona. En el futuro, nadie te cuidará de forma especial solo por ser paciente. Así que no te compadezcas de ti mismo. Ser persona es como boxear: hay que tener algo de instinto luchador. De hecho, no es injusto perder contra otros. No hay general victorioso en el mundo, pero no puedes perder contra ti mismo. Yao Wei rara vez hablaba con seriedad durante la entrevista.
"El grandote amante del azúcar lleva al pequeño amante del azúcar para luchar juntos contra el azúcar"
El reportero se sorprendió al saber que todas estas sugar babies de tipo 1 reciben formación gratuita aquí en Yao Wei.
Los padres de estos niños confían en mí y me los dejan a mi cuidado. Estoy dispuesta a llevarlos a practicar juntos. No solo es gratis, sino que también les proporciono diversos materiales. Espero que crezcan sanos y felices. ¡Qué cariñosa! Los niños han progresado muchísimo. Cuando llegaron, algunos ni siquiera sabían inyectarse insulina, así que sus padres tenían que ayudarlos. Ahora ya se la inyectan solos.
Dicho esto, Yao Wei esbozó una brillante sonrisa en su rostro.
Cuando un reportero le preguntó cuáles eran sus planes y metas para el futuro, Yao Wei respondió con seriedad: "Ahora mismo solo quiero dirigir mi propio gimnasio de boxeo y convertirlo en un modelo que combine la cultura tradicional china con el arte marcial Sanda. También quiero organizar un club deportivo donde los pacientes puedan montar en bicicleta y correr juntos, compartiendo conocimientos sobre cómo controlar el azúcar y métodos para mantener una buena salud. Además, necesito entrenar para fortalecer mis músculos y participar en competiciones. En resumen, tengo muchos planes. ¡Voy a esforzarme al máximo!".
Al ver a esta joven de tipo 1, alegre, risueña y optimista, frente a mí, el reportero sintió una cálida sensación en el corazón. Es maravilloso ser joven, y una vida llena de esperanza ofrece posibilidades ilimitadas. ¡Bendiciones para nuestras jóvenes!