La detección temprana de las complicaciones de la diabetes es crucial para una intervención oportuna, ralentizar su progresión y mantener la salud general. Varias pruebas y evaluaciones pueden ayudar a identificar posibles complicaciones en una etapa temprana. Las pruebas clave incluyen:
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Examen de la vista (examen de retina):
- Fotografía del fondo de ojo o Tomografía de coherencia óptica (OCT): técnicas de imágenes no invasivas que capturan imágenes detalladas de la retina, lo que permite a los oftalmólogos detectar signos de retinopatía diabética, la principal causa de ceguera en adultos en edad laboral.
- Examen de los ojos con dilatación: un oftalmólogo examina la parte posterior del ojo después de dilatar las pupilas, en busca de vasos sanguíneos dañados, sangrado o hinchazón que indiquen retinopatía diabética, edema macular u otras afecciones oculares.
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Evaluación de nefropatía:
- Proporción de albúmina a creatinina en orina (UACR): una prueba de orina que mide la proporción de albúmina (una proteína) a creatinina (un producto de desecho), lo que indica daño renal. La microalbuminuria (niveles ligeramente elevados) es un signo temprano de nefropatía diabética.
- Tasa de filtración glomerular estimada (eGFR): un análisis de sangre que calcula qué tan bien los riñones filtran los desechos, lo que proporciona una estimación de la función renal. La eGFR reducida puede indicar enfermedad renal.
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Evaluación de neuropatía:
- Prueba de monofilamento: una prueba sencilla e indolora que utiliza un filamento de nailon suave para evaluar la sensación en los pies y detectar signos tempranos de neuropatía periférica.
- Prueba de umbral de percepción de vibración (VPT, por sus siglas en inglés): Mide la capacidad del paciente para sentir vibraciones en varias frecuencias, lo que ayuda a diagnosticar la neuropatía periférica.
- Pruebas electrofisiológicas: los estudios de conducción nerviosa (NCS) y la electromiografía (EMG) pueden evaluar objetivamente la función nerviosa y detectar daño nervioso.
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Evaluaciones cardiovasculares:
- Medición de la presión arterial: el control regular es esencial, ya que la hipertensión es una comorbilidad común en la diabetes y aumenta el riesgo de complicaciones cardiovasculares.
- Perfil lipídico: análisis de sangre que mide el colesterol total, el colesterol HDL, el colesterol LDL y los triglicéridos, que, cuando están elevados, contribuyen al riesgo de enfermedad cardiovascular.
- Electrocardiograma (ECG): una prueba no invasiva que registra la actividad eléctrica del corazón, que puede detectar anomalías relacionadas con la enfermedad de las arterias coronarias o ataques cardíacos previos.
- Ecocardiograma: examen ultrasónico no invasivo del corazón, que evalúa su estructura, función y flujo sanguíneo, útil para detectar daños en el músculo cardíaco, problemas valvulares o insuficiencia cardíaca.
- Ultrasonido del espesor íntima-media carotídea (CIMT): Mide el espesor del revestimiento interno de las arterias carótidas, lo que proporciona un marcador sustituto de aterosclerosis y riesgo cardiovascular.
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Examen del pie:
- Examen anual integral del pie: incluye inspección para detectar cambios en la piel, anomalías en las uñas, deformidades, úlceras y pérdida de la sensación protectora, así como evaluación de los pulsos del pie, que pueden indicar enfermedad arterial periférica.
Realizar estas pruebas con regularidad según lo recomendado por su proveedor de atención médica, junto con mantener un control estricto de la glucemia, adoptar un estilo de vida saludable y controlar otros factores de riesgo, puede reducir significativamente el riesgo de desarrollar complicaciones de la diabetes y permitir una intervención temprana cuando sea necesario.