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Amigos diabéticos, ¿tienen algún problema cardíaco?

Por tianke  •  0 comentarios  •   4 lectura de un minuto

Diabetes friends, do you have any heart problems?
Las personas enfermas suelen tener cargas psicológicas, por lo que son más propensas a sufrir problemas psicológicos que la población general. Estos problemas psicológicos son como una sombra que se cierne sobre la mente del paciente y pueden provocar malentendidos. Además, dificultan su capacidad para combatir la enfermedad. Estos problemas, a menudo invisibles, complican aún más el control de la glucemia.

Sombra - Negación de la realidad de la enfermedad

Con la aparición de la diabetes a edades más tempranas, muchos jóvenes, lamentablemente, se han sumado a las filas de la diabetes. A una edad muy temprana, se les diagnostica una enfermedad que originalmente solo afectaba a las personas mayores. Estos jóvenes suelen experimentar negación cuando se enferman por primera vez.

La diabetes no es como una enfermedad aguda como un resfriado o una gastroenteritis aguda. Basta con tomar medicamentos y descansar unos días para recuperarse. Sin embargo, la diabetes sigue siendo una enfermedad incurable que acompañará a la persona de por vida. Por eso, muchas personas se resisten a aceptarlo. Se ven a sí mismas como pacientes y creen que ya no podrán llevar una vida normal como una persona sana.

Muchos pacientes experimentarán estas secuelas psicológicas en las primeras etapas de la enfermedad. De hecho, la diabetes es una enfermedad relacionada con el estilo de vida. Algunos hábitos poco saludables, como una dieta inadecuada, trasnochar, fumar, la falta de ejercicio y un alto nivel de estrés, pueden provocar diabetes. Si en el futuro mantiene un estilo de vida saludable y estabiliza sus niveles de azúcar en sangre, podrá disfrutar de una buena calidad de vida.

Sombra: pérdida de confianza en la vida

Aunque muchos pacientes aceptan gradualmente su enfermedad, aún les resulta difícil pensar en ella. Necesitan tomar medicamentos hipoglucemiantes e insulina a diario y controlar su nivel de azúcar en sangre con frecuencia. Con el tiempo, se aburren fácilmente y pierden la confianza en la vida. De hecho, esto es algo a lo que se enfrentan los diabéticos en comparación con la población general.

De hecho, si observas con atención, te darás cuenta de que hay muchas personas con diabetes en tu vida. Algunas tienen un buen control de la glucemia, mientras que otras lo tienen muy mal. Compararte con quienes tienen un mal control te dará consuelo. Por supuesto, esta comparación no te hace sentir superior, sino que te ayuda a comprender que tu situación no es la peor. Al mismo tiempo, debemos seguir el ejemplo de quienes tienen un buen control de la glucemia. Los ejemplos son muy poderosos. Aprendemos sobre la diabetes, hacemos ejercicio juntos y hablamos sobre los tratamientos. Con el tiempo, es posible que notes que tu glucemia está mejor controlada y que necesitas menos medicamentos. Esto te devolverá la esperanza.

Malentendido: ignorar el impacto psicológico en el nivel de azúcar en sangre.

Si comparamos el esfuerzo de reducir el azúcar en sangre con el estudio, siempre habrá estudiantes a quienes les encanta estudiar y estudiantes a quienes no les gusta estudiar en la escuela. Sin embargo, no todos los estudiantes que disfrutan estudiando obtendrán calificaciones excelentes en los exámenes. De hecho, esto es similar al control del azúcar en sangre para las personas con diabetes. La verdad es que, aunque algunas personas con diabetes siguen estrictamente las instrucciones del médico y toman sus medicamentos a tiempo, su nivel de azúcar en sangre sigue siendo alto. Esto es como el caso de los estudiantes que disfrutan estudiando pero obtienen calificaciones insatisfactorias y descuidan los métodos de aprendizaje. Las personas con diabetes también pueden ignorar un aspecto importante que afecta el azúcar en sangre: los factores psicológicos.

Algunas personas con diabetes experimentan preocupaciones psicológicas y viven con el temor constante de que la enfermedad les cause problemas en su vida. Por ejemplo, temen que los demás sepan que están enfermas y que las traten de forma diferente. Otras se preocupan por la posibilidad de desarrollar complicaciones derivadas de la diabetes y viven con esta inquietud todo el día.Los pacientes con dificultades económicas también se preocupan por la carga que su enfermedad supone para sus familias. El estrés psicológico puede agravar los trastornos endocrinos y la disfunción neurológica en pacientes diabéticos, lo que provoca fluctuaciones en la glucemia. Por lo tanto, si usted padece algún trastorno psicológico, para controlar su glucemia, cuidar su salud física y ahorrar en los costos del tratamiento, debería recibir asesoramiento psicológico de forma oportuna y, si fuera necesario, tratamiento psicológico.

Correcto: hay que examinar la enfermedad en todos sus aspectos.

Aunque nadie desea enfermarse, nacer, envejecer, enfermarse y morir son inevitables. Si usted padece diabetes, por favor, no lo vea de forma negativa. Debe aprender a ver la enfermedad de forma integral. En primer lugar, la diabetes no es como el cáncer. Si no se detecta a tiempo, puede ser mortal en poco tiempo. En segundo lugar, la diabetes es una enfermedad relacionada con el estilo de vida. Una vez que se le diagnostica diabetes, prestará más atención a su estilo de vida. Un estilo de vida saludable le permitirá vivir mejor y prevenir otras enfermedades relacionadas con el estilo de vida. En tercer lugar, existen muchas actividades grupales para personas con diabetes. Si participa en ellas, conocerá a muchos pacientes con condiciones similares a la suya. Siempre tendrá la oportunidad de conocer gente nueva y charlar con amigos cercanos. De esta manera, hará más amigos y su vida será más plena y divertida.

un momento de relajación
Nada de diabetes

Un hombre fue al médico y este le mandó un análisis de orina. El hombre llevó entonces una botella grande llena de orina de casa. Tras el análisis, el médico escribió: «Nada anormal». Al llegar a casa, anunció emocionado a toda la familia: «No tengo diabetes, ni ustedes tampoco. Ni mi padre, ni mi madre, ni mis hijos la tienen».
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