El famoso Centro de Diabetes Joslin comenzó a otorgar medallas a pacientes con diabetes que llevaban más de 50 años con la enfermedad. Hace algunos años, la Sociedad China de Diabetes también empezó a reclutar a personas con diabetes que la padecían desde hacía más de 30 años para premiarlas. ¡Así pues, la longevidad no es un sueño! Muchas veces, quienes disfrutan de los dulces se cierran a sí mismos y dejan de soñar. Escuchemos la historia de este anciano amante de los dulces.
Tenía solo 15 años cuando me diagnosticaron diabetes tipo 1. En ese momento, no sabía cómo afrontarlo ni qué me depararía el futuro.
Todos los médicos y enfermeras me decían: «No te preocupes, puedes llevar una vida normal». Pero siempre me decían lo mismo, lo que me inquietaba un poco, aunque no sabía exactamente qué era lo que me preocupaba.
Olvida el pasado
En aquel entonces, tenía que inyectarme una mezcla de insulina NPH (insulina de baja protamina, una insulina de acción intermedia) e insulina regular todas las mañanas, medirme el azúcar en la orina cuatro veces al día y buscar la manera de alimentarme. Obviamente, la situación es muy diferente ahora, gracias a los grandes avances en diagnósticos y tratamientos. Si los pacientes diabéticos reciben el tratamiento y la atención adecuados, su pronóstico puede ser el mismo que el de las personas sin diabetes. Esto también los anima a afrontar su enfermedad de forma más activa y a esforzarse por controlarla. Sin embargo, cuando me diagnosticaron diabetes por primera vez, no tuve acceso a una buena educación sobre la enfermedad. Por eso, me ha costado mucho superar el estigma de la diabetes. No quería contarle a nadie que tenía diabetes, ni a mis profesores, ni a mis mejores amigos, ni por supuesto a mi hija.
Como me negué a que los demás supieran de mi enfermedad, nunca pude recibir el mejor tratamiento. Simplemente no me inyecto insulina ni me hago análisis de orina cuando estoy con otras personas. Me siento así porque me avergüenza mi enfermedad, siempre pienso que soy diferente a los demás y me da vergüenza hacer esas cosas delante de otros.
Sal del espacio cerrado
No fue hasta que estaba a punto de graduarme de la universidad que logré salir de la prisión de la diabetes. Debido a que estaba ocupado con mis exámenes de graduación, sufrí una hipoglucemia severa y me hospitalizaron. Allí conocí a dos excelentes médicos especialistas en diabetes. No solo me diseñaron un nuevo plan de tratamiento para mantener mi nivel de azúcar en sangre bajo control, sino que también me brindaron información valiosa y me ayudaron a tranquilizarme. Les estoy muy agradecido.
Ahora puedo afrontar mi diabetes con tranquilidad. De hecho, enfermarse es como estar todos en la tierra, frente a la lluvia. Cada gota contiene una enfermedad, y todos caemos sobre ella. Sin embargo, muy pocas personas afortunadas nunca se han visto afectadas; otras, menos afortunadas, se verán afectadas por diversas enfermedades; pero la mayoría solo padece enfermedades leves (como resfriados, tos y otras dolencias). Desde resfriados y tos infantiles hasta diabetes, asma, enfermedades cardíacas y cáncer, hemos encontrado medidas preventivas que reducen su incidencia. Sin embargo, existen enfermedades asintomáticas e impredecibles, al menos según nuestros conocimientos médicos actuales. Por lo tanto, si nos enfermamos, debemos afrontarlo con serenidad y tratarlo activamente.
Desde que lo comprendí, empecé a prestar más atención a mi vida diaria: el ejercicio me fortalece; una alimentación equilibrada me ayuda a estar más sano; el autocuidado adecuado me mantiene alejado de diversas complicaciones diabéticas; y la comunicación con mis amigos llena mi vida de felicidad.
Comparto mi historia para aquellos niños a quienes les acaban de diagnosticar diabetes. Aunque la diabetes nos acompañará toda la vida, no debemos permitir que se convierta en un obstáculo. Al contrario, debemos fortalecer nuestra confianza y ser optimistas, apoyándonos en nuestros amigos para afrontarla juntos.
Consejos para niños recién diagnosticados con diabetes
* Infórmese lo más posible sobre la diabetes. El conocimiento es poder y le ayudará a superar el miedo a la diabetes.
* Únase a una organización que apoye a las personas con diabetes. Comunicarse con pacientes que han vivido con la enfermedad durante muchos años le ayudará a afrontar mejor la diabetes.
* Ábrete poco a poco. Si aún te cuesta hablar de tu enfermedad, puedes empezar contándoselo a tus amigos más cercanos y ver cómo reaccionan. Creo que, en general, te apoyarán. Después, poco a poco, cuéntaselo a tu familia, compañeros de clase y otras personas.
* Tome la iniciativa de comunicarse con su médico. Al hacerlo, verá la diabetes desde una perspectiva completamente diferente, y el médico le ayudará a comprender mejor el significado de afrontar la diabetes con calma y abrirse a la comunicación con los demás.
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