Prevalencia del trastorno de ansiedad por enfermedades en la diabetes
La prevalencia de trastornos de ansiedad asociados a la diabetes es muy alta. Un artículo publicado en el British Medical Journal en 2016, titulado "Prevalencia y factores influyentes de los síntomas de depresión y ansiedad en adultos chinos con diabetes tipo 2: un estudio horizontal", señaló que, entre 893 pacientes chinos con diabetes tipo 2 de entre 18 y 84 años, la prevalencia de síntomas de ansiedad fue del 43,6%. Investigadores taiwaneses, a partir de una encuesta aleatoria realizada entre 2002 y 2004 con datos de la "Base de Datos del Seguro Nacional de Salud", concluyeron que "la prevalencia anual de trastornos de ansiedad entre pacientes diabéticos fue del 128,76% en 2000, y la prevalencia acumulada aumentó al 289,89% en 2004". Esto demuestra una tendencia creciente en la gravedad de la enfermedad.
Además, un artículo titulado "Explorando la ansiedad por la salud en la diabetes: prevalencia e impacto", publicado en el Journal of Health Psychology en 2014, afirmó que más de 400 pacientes con diabetes tipo 1 o tipo 2 que completaron un cuestionario para evaluar la ansiedad por la enfermedad, el 24,1% informó un aumento de la "ansiedad por la enfermedad", siendo la ansiedad mayor entre los jóvenes, las mujeres, las personas solteras y aquellos diagnosticados recientemente con diabetes.
Dos tipos de trastornos de ansiedad por enfermedad
La ansiedad relacionada con la enfermedad suele referirse a una ansiedad muy intensa en relación con el estado físico de la persona. Los pacientes con ansiedad relacionada con la enfermedad a menudo presentan dos manifestaciones: una es la búsqueda frecuente de atención médica, es decir, acuden con frecuencia a los servicios médicos; la otra es la evitación de la atención médica, es decir, rara vez utilizan los servicios médicos. Los dos casos siguientes ilustran estos dos tipos.
Caso 1 Tipo de búsqueda de atención
Hombre de 58 años, con glucemia en ayunas prácticamente normal y glucemia posprandial ligeramente elevada. El médico le recomendó ajustar su dieta y estilo de vida, observar su evolución y, por el momento, no tomar medicamentos. Acudía a la clínica de atención especializada semanalmente. Para poder medir su glucemia posprandial a diario, consumía muy pocos alimentos básicos. Por ello, el resultado de la medición posprandial era normal, pero sentía que había engañado y que el resultado era inexacto, lo que le generaba un conflicto interno. Esto afectaba considerablemente su trabajo y su vida.
Caso 2 Tipo de evitación de cuidados
Mujer de 63 años con antecedentes de diabetes. Su herida presentó dificultad para cicatrizar tras una cirugía de colocación de stent coronario. Evitó acudir al hospital para los cambios de apósito después del alta. La herida tardó en cicatrizar y experimentó ansiedad constante en casa.
Todos sabemos que el objetivo de controlar el azúcar en sangre a diario es mantener un mejor control de la enfermedad, no engañarnos; también sabemos que en los principales hospitales hay clínicas especializadas en el cuidado de heridas y personal dedicado a ello. Lo ideal sería que los familiares la llevaran a una clínica de este tipo, pero ella no se atrevió a ir.
En este momento, necesitamos comprender por qué padecen trastorno de ansiedad en estos casos, y luego afrontar y resolver juntos los problemas de vida que este trastorno provoca.
Fuentes del trastorno de ansiedad por enfermedad
Las causas de los trastornos de ansiedad por enfermedad se dividen en dos categorías principales: problemas adaptativos y problemas traumáticos.
1. Problemas de adaptabilidad
Es común entre las personas sensibles y tímidas. Se enferman repentinamente y luego se asustan por los comentarios de quienes las rodean, como que la diabetes les causará ceguera o amputación. Para este tipo de pacientes, solo se necesita un poco más de tiempo y paciencia. El personal médico y los familiares deben explicarles la enfermedad y animarlos a seguir el tratamiento estandarizado y a cuidarse por sí mismos. Así, no habrá problemas. Poco a poco, los pacientes podrán superar su ansiedad.La paciente del Caso 2 anterior pertenece a esta categoría. Tras una consulta psicológica, supimos que vivió en una zona rural durante su infancia y creía que la diabetes era una enfermedad terrible e incurable. Cuando sus hijos se mudaron a la ciudad, ella los acompañó para cuidarlos, e incluso le colocaron un stent coronario después de que le diagnosticaran diabetes. En realidad, estaba aterrada. Pensaba que la diabetes le causaría ceguera. Tenía miedo y se negaba a recibir tratamiento. Temía que el tratamiento empeorara su condición, por lo que no se atrevía a ir al hospital.
Ella no sabía mucho sobre la diabetes. En ese momento, solo necesitó explicárselo con paciencia y brindarle información útil para que comprendiera la enfermedad y su tratamiento, y poco a poco fue disminuyendo su ansiedad. Al igual que un niño que tiene miedo a volar, si lo llevas en avión varias veces, se adaptará y ya no tendrá miedo.
2. Problemas traumáticos
Se refiere a la ansiedad actual del paciente respecto a la enfermedad. No es simplemente el miedo causado por la enfermedad, sino el trauma psicológico de su infancia, no resuelto y reprimido. Ahora, la diabetes ha reactivado ese trauma, y viejos resentimientos se entrelazan. En ese momento, nuestra prioridad era abordar su trauma psicológico pasado, en lugar de explicarle la diabetes.
Por ejemplo, en el Caso 1 anterior, se trata de un ejecutivo de 58 años, con estudios universitarios y en pleno uso de sus facultades mentales. Sabe que ha estado socializando durante mucho tiempo y que tiene el azúcar en sangre alta. Si presta un poco de atención, no habrá problema.
¿Por qué está tan ansioso? En ese momento, el médico le explicó que su condición era muy leve, que ni siquiera era diabetes. Ahora, el nivel de azúcar en la sangre le recuerda que debe prestar atención a su estilo de vida. No hay nada malo en su cuerpo, lo bien que está, etc. Decirle estas palabras no tiene ningún efecto. Porque no es la diabetes en sí lo que le causa ansiedad, no es un problema de adaptación.
Tras una consulta psicológica, supe que durante el desastre natural que azotó a su familia hace tres años, un anciano falleció de inanición por hipoglucemia. Por ello, tenía la costumbre de llevar chocolate consigo a dondequiera que fuera. Aunque se derritiera en su bolso, quería seguir llevándolo por si acaso lo necesitara en caso de emergencia.
Además, si tiene una reunión de trabajo hasta la 1 p.mSiente que debería almorzar y no va a comer. Se siente muy incómodo y cree que su cuerpo se verá perjudicado.
¿Por qué está tan ansioso? Porque alguien de la familia se estaba muriendo de hambre, y su padre y todos los demás le habían dicho que comer bien era importante desde niño. Que comiera bien de pequeño y que así sería sano de mayor. Toda la familia se contagiaría de esta idea.
Dada su situación, primero debemos permitirle expresar plenamente esa parte del trauma y comprender que, si bien en aquella época la gente tenía que comer más para sobrevivir, en la actualidad es mejor comer menos. Antes consumían pescado y carne en abundancia, pero ahora optan por alimentos ligeros. Entre las personas adineradas, la alimentación vegetariana es común. Si no se aborda esta parte del trauma psicológico, la educación sobre la diabetes por sí sola no tendrá ningún efecto.
Cuando nos enfrentamos a problemas de ansiedad, ya sea que alcancen o no el nivel de un trastorno psicológico, necesitamos comprender la naturaleza de la ansiedad para poder tratar los síntomas.
Medicación. Si la ansiedad es adaptativa, debemos ser pacientes y brindar educación sobre el manejo de la diabetes. También es importante comunicarse activamente con los profesionales y consultarles cualquier duda o inquietud. Una vez resueltos los problemas, los síntomas de ansiedad del paciente mejorarán significativamente.
Cuando el paciente siente que comprende perfectamente su diabetes y que la controla adecuadamente, si aún le preocupa este problema, conviene considerar si dicha ansiedad está relacionada con la complejidad psicológica derivada de su propia experiencia de crecimiento. En este caso, el paciente puede reflexionar sobre sí mismo o bien buscar la ayuda de un psicólogo para explorar la raíz del problema.