Es un error común pensar que sólo las personas obesas sufren de niveles altos de lípidos en sangre. En realidad, los niveles de lípidos en sangre no están relacionados exclusivamente con el peso corporal, y existen varios malentendidos sobre la dislipidemia que pueden llevar a un manejo inadecuado de esta afección. Aquí abordamos algunos de estos conceptos erróneos:
Mito 1: La dislipidemia es exclusiva de personas obesas
La dislipidemia puede afectar a las personas independientemente de su forma corporal. Puede ser primaria, relacionada con factores genéticos y ambientales, o secundaria a otras afecciones como diabetes, hipertensión e hipotiroidismo. Por lo tanto, estar delgado no garantiza inmunidad a la dislipidemia.
Mito 2: Cuanto menor sea, siempre es mejor cuando se trata de lípidos en sangre
Si bien los niveles altos de lípidos en sangre pueden dañar los vasos sanguíneos, los niveles extremadamente bajos de colesterol y triglicéridos tampoco son saludables. Estos lípidos son nutrientes esenciales para el organismo, y tanto su deficiencia como su exceso pueden provocar problemas de salud.
Mito 3: La dislipidemia asintomática no requiere tratamiento
La dislipidemia a menudo carece de síntomas perceptibles, pero si no se trata, puede provocar afecciones graves como enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares y enfermedades renales. La intervención temprana es crucial para prevenir estas complicaciones.
Malentendido 4: Depender únicamente de productos para el cuidado de la salud para el control de lípidos
Si bien algunos productos para el cuidado de la salud pueden ayudar a regular los lípidos en la sangre, no sustituyen el tratamiento médico. Los fármacos hipolipemiantes no sólo reducen los niveles de lípidos en sangre sino que también aportan beneficios como efectos antiateroscleróticos. El manejo a largo plazo a menudo implica cambios en el estilo de vida y ajustes de medicación bajo supervisión médica.
Malentendido 5: Centrarse sólo en los triglicéridos y descuidar el colesterol LDL
Si bien los niveles altos de triglicéridos pueden ser una preocupación, el colesterol LDL es un factor de riesgo más importante para las enfermedades cardiovasculares. El control eficaz de los niveles de LDL-C con estatinas puede mejorar significativamente la salud cardiovascular.
Mito 6: La dislipidemia es únicamente una cuestión de estilo de vida
Aunque la dieta y el ejercicio desempeñan un papel en el control de los lípidos en sangre, no son los únicos factores. La dislipidemia también puede verse influenciada por factores genéticos y metabólicos, y la producción endógena de lípidos del cuerpo contribuye significativamente.
Malentendido 7: suspender la medicación una vez que los lípidos en sangre se normalizan
El tratamiento de la dislipidemia es un proceso a largo plazo. Incluso si los niveles de lípidos en sangre vuelven a la normalidad, es esencial continuar con la medicación según las indicaciones de un proveedor de atención médica para mantener estos niveles y prevenir complicaciones.
En conclusión, los niveles elevados de lípidos en sangre son un factor de riesgo importante para las enfermedades cardiovasculares y deben controlarse con cuidado. Esto implica un seguimiento regular, una dieta equilibrada, actividad física regular y, cuando sea necesario, medicación. Es importante disipar los mitos que rodean la dislipidemia y adoptar un enfoque integral en su manejo para proteger la salud cardiovascular.