Si no se expulsa el gas al inyectarse insulina, la dosis puede ser insuficiente y el control de la glucemia puede ser deficiente. También puede causar dolor debido a la pequeña cantidad de gas que se inyecta en la piel. En general, no hay motivo de gran preocupación.
Es necesario purgar el sistema al inyectar insulina. Si no se purga correctamente o la purga es insuficiente, generalmente se inyecta menos insulina en el tejido subcutáneo, lo que provoca una inyección inexacta y afecta los niveles de glucosa en sangre. La insulina debe vaciarse por completo antes de inyectarla presionando suavemente el botón de inyección hacia arriba hasta que quede una gota de solución en la punta de la aguja. Al mismo tiempo, seleccione el sitio de inyección correcto y evite inyectar en la raíz del vello.
Es necesario eliminar el aire de la jeringa antes de inyectar el medicamento. Si no se elimina, el aire se inyectará debajo de la piel y causará dolor. En ese momento, se pueden relajar los músculos para ayudar a reducir el dolor. Los lugares adecuados para la inyección de insulina son el abdomen, la parte exterior de los muslos, la parte exterior de la parte superior de los brazos y los glúteos. El abdomen se utiliza con mayor frecuencia debido a su facilidad de inyección y a una absorción más uniforme. También se deben evitar las actividades físicas intensas después de la inyección para prevenir la hipoglucemia.
La aguja debe retirarse inmediatamente después de la inyección para evitar que el líquido se derrame debido a los cambios de temperatura y afecte la precisión de la dosis. La aguja para la inyección de insulina debe reemplazarse a tiempo y no debe reutilizarse para evitar infecciones y traumatismos. Asimismo, las agujas usadas deben desecharse correctamente y no deben tirarse en cualquier lugar.