El nivel de azúcar en sangre fluctúa constantemente, por lo que los valores de glucosa varían a lo largo del día. La medición de glucosa en sangre en cinco momentos diferentes consiste en medirla en ayunas, 30 minutos después de comer, una hora después de comer, dos horas después de comer y tres horas después de comer. Es importante comprender estos cinco momentos para el control de la glucosa en sangre.
En personas sanas, la glucemia a las cinco de la tarde aumenta gradualmente. En las primeras etapas de la diabetes, la glucemia fluctúa de forma irregular. Generalmente, la glucemia es normal en ayunas y dos horas después de comer, mientras que a los 30 y 60 minutos después de comer suele estar elevada, o bien baja, dos y tres horas después de comer. Si se presenta alguna de estas situaciones, se recomienda acudir al hospital para realizarse una prueba de insulina y determinar si se padece diabetes, comparando el nivel de glucemia con los picos y valles de la secreción de insulina.
¿Por qué los diabéticos experimentan hipoglucemia antes de las comidas? Tras desarrollar diabetes, las células de los islotes pancreáticos conservan cierta capacidad para secretar insulina, pero el pico de secreción se retrasa. Esto ocurre entre el periodo posterior a la primera comida y el anterior a la segunda. En este momento, la glucemia ya es muy baja y, debido a que la secreción de insulina tarda en alcanzar su pico máximo, la glucemia también se encuentra en su punto más bajo. Este pico de insulina provoca una hipoglucemia persistente, que se manifiesta con síntomas como hambre, sudoración, mareo, palpitaciones, etc.
Si los pacientes no comprenden su enfermedad, aumentarán su ingesta calórica y comerán más de forma consciente, lo que agravará el desarrollo de la diabetes. A medida que la enfermedad progresa, el daño a las células de los islotes pancreáticos se intensifica, la secreción de insulina disminuye gradualmente o la resistencia a la insulina empeora aún más. En este punto, la hipoglucemia se convierte en hiperglucemia sostenida y la diabetes se agrava, lo que dificulta el tratamiento. Además, aumenta el riesgo para el paciente.